Cuando uno va a Ecuador, viaja solo con las expectativas de lo que sabe que va a hacer.
Terrible sorpresa me llevé cuando me acerqué al primer puesto callejero.
Entre todos suman una gran variedad de comidas pero con una pinta extraña, uno duda entre comer y pasar el resto del viaje en el baño o seguir de largo.
Pero las apariencias engañan
ppor suerte, me arriesgué y probé los manjares que ofrece este tipo de gastronomía barata.
Probé salchichas (cortadas como guirnaldas), choclos con manteca, panes saborizados.
Lo mejor? los helados en paleta.
Si visitás Ecuador no tengas miedo, comé, probá, charlá y perdé el tiempo sin dudarlo, creeme que vale la pena.
Charlando con el Pollo Alvarez mientras espero un choclo
No hay comentarios:
Publicar un comentario